domingo, 5 de junio de 2011

Globalcaja, un yacimiento de oportunidades para Castilla-La Mancha

05/06/2011 - 13:19          
Lanza Digital
J. Yébenes / Ciudad Real

Capacidad de gestión, liquidez y una fuerte vocación regional son las señas de identidad de la nueva entidad Globalcaja, que echó a andar a finales de mayo. Tal y como estaba previsto por los impulsores de la alianza, la hoja de ruta se está cumpliendo escrupulosamente, con el objetivo principal de “hacer región” a través de la financiación de proyectos de desarrollo socieconómico. Este proceso de integración, que ya es una realidad, ha creado expectativas en la sociedad castellano-manchega tras la caída de CCM y el fracaso de la unión iniciada hace justo un año entre las rurales de Ciudad Real y Toledo. Es el instrumento económico que fuerzas políticas, bancarias y ciudadanía esperan se convierta en marca propia.
"Es un proyecto fantástico” aseguró a este diario hace unos meses una fuente cercana a la operación, teniendo en cuenta la dimensión de la entidad resultante de las cajas rurales de Albacete, Ciudad Real, Cuenca y La Roda, con un mercado en expansión, y una salud financiera que le permitirá  prestar 1.000 millones de euros para afrontar proyectos socioeconómicos que aporten valor añadido y riqueza a Castilla-La Mancha.
Pero esta alianza dada a conocer hace tan solo ocho meses cuenta con un precedente que abrió las expectativas de los inversores, impositores y clientes de la región, tras la intervención, desaparición y transformación de la que fuera buque insignia del sistema financiero de la comunidad: Caja Castilla-La Mancha.
Cuando a mediados de junio del año pasado saltó a los medios el acuerdo de fusión de las rurales de Ciudad Real y Toledo, las más solventes y mejor posicionadas, nadie podía esperar que la operación pudiera fracasar de forma inminente. 
Es más, hizo las delicias tanto del Gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO), impulsor de la reordenación del escenario financiero español a través de importantes fusiones, y del Ejecutivo castellano-manchego, que veía una gran oportunidad en el instrumento que vendría a ocupar el vacío de la malograda CCM.
Pero como dos gigantes con pies de plomo, la operación se desmoronó por enfrentamientos de poder en el seno de ambas entidades, una divergencia que se escenificó en los medios con declaraciones enfrentadas y que dio origen en menos de tres meses a que Caja Rural de Toledo se viera ensombrecida por la fusión que dio origen a Globalcaja, a primeros de septiembre.
El proyecto de hace un año que se presentó como una alianza “discreta y coherente” para crear una entidad “potente, autóctona  y comprometida” con la región y lograr el liderazgo financiero, se quedó en papel pendiente (al principio sus líderes no cerraban puertas al cierre de la suscripción del preacuerdo), y la anunciada Caja Rural de Castilla-La Mancha es ahora la antigua Caja Rural de Toledo, que ha iniciado en solitario su expansión como marca regional.

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